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domingo, 25 de marzo de 2012

EROTISMO Y ARTE. EL TIEMPO SE DETIENE.

  Sábado tranquilo... No recuerdo desde cuando no disfrutaba de un día como el de hoy... y no porque no haya sido productivo pues siempre tengo una lista interminable de asuntos inacabados, pero la serenidad que genera el hacer las cosas sin atenerte a un horario, sin la prisa habitual del día a día es para mÍ motivo de satisfacción absoluta.

En estas situaciones, cuando cierro los asuntos de obligado cumplimiento, siempre aprovecho para curiosear un poco... hoy por ejemplo observaba en el escritorio de mi portátil la imagen de una de las obras escultóricas que siempre me ha conmovido...

 Como otros aspectos de la vida, el arte siempre me hace reflexionar, en esta ocasión pienso que  a pesar del paso del tiempo los instintos humanos permanecen. Ya me lo dijeron una vez.. "Todos los sentimientos y sensaciones han sido vividos por alguna persona en alguna ocasión, la novedad en este campo no existe"... y precisamente ahora contemplando esta obra maestra caigo en la cuenta.

 La obra en cuestión es una escultura de Bernini (Beata Ludovica Albertoni), perteneciente al más puro Barroco italiano. A pesar de que esta época artística no es de mis favoritas porque en ocasiones se abusa del recargamiento y el dramatismo... observo con atención...

En un primer golpe de vista... impresionante... Me fascina contemplar cómo un bloque de duro y frío mármol puede en las manos de un artista convertirse en el tejido más real, los pliegues, los encajes... Pero lo que más me llama la atención es la actitud, la expresión del personaje. Queriendo plasmar el sufrimiento y el éxtasis religioso, esta imagen personalmente me transmite un erotismo fuera de lo común. Teniendo en cuenta que fue una obra realizada por un genio de setenta y un año en el S. XVII, donde la moral y la religión eran condicionantes extremos (de hecho esta escultura fue encargada como sepulcro para la Beata por el Papa del momento),  percibo nítidamente la silueta de una mujer, que bien podría encajar en los cánones de belleza actuales. Su postura, la mano en el pecho, su cabeza recostada con labios entreabiertos... emana una sensualidad y una pasión increíbles.

Ahora, salto abismal en el tiempo, más de trescientos años. Obra realizada en terracota por el argentino Luif Mercieur. Reconocido artista actual cuyos trabajos escultóricos (porque no sólo domina esta disciplina) están basados en el erotismo. Criado en el seno de una familia de artistas, muy liberal y hombre de su tiempo, siempre se interesó como el mismo manifiesta por "aquellas curvas diabólicas"... Y digo yo... obviamente a pesar del paréntesis temporal, cultural e ideológico de tan dispares momentos históricos, aprecio tántas coincidencias.
 No sé si, como comentaba antes,   el sentimiento, la forma de mirar o la de interpretar la silueta femenina concuerdan o que en muchos aspectos los puntos opuestos convergen...  el caso es que para mí, ... la similitud es realmente curiosa y sorprendente. 

domingo, 4 de marzo de 2012

.... Y DE NUEVO... LA VIDA ME SORPRENDE

  …Y sucedió, cómo y dónde nunca quise que sucediera, a pesar de ser consciente de que no debía de ser… llegó la persona que me encendió el alma, la persona que sólo con tocarme consigue estremecerme y, sólo con mirarme a los ojos hace que el universo tiemble bajo mis pies.
He conocido el amor y el sexo vestidos de mil formas diferentes pero hoy siento la intensidad, la fuerza, la pasión, la ternura. Todo es de color, la vida huele de forma distinta. Cierro los ojos y mi cabeza recuerda cada instante, cada minuto, cada segundo de locura entre sus brazos.
    Y a estas alturas de la película sé de sobra que quien alto despega rápido aterriza. No existe este sentimiento que funcione en una sola dirección al menos en mi porque desgraciadamente no sé amar a medias, y al mismo tiempo que mi corazón late entregando hasta la última gota de mi ser, existen los momentos de dudas, vacío y soledad. Soy ambiciosa y en el amor lo quiero todo.
       Pretendo ser cabal, que la experiencia juegue esta vez a mi favor, quiero disfrutar del presente y nada más, he perseguido e idealizado siempre la idea de una relación transparente sin más ataduras que  las que imponga el corazón,  sin pensar en el  “qué pasará mañana” y aunque intuyo que me tocará sufrir…  no cambiaría ni un solo segundo vivido a su lado.


UNA PAUSA, UN PARÉNTESIS....

… Y llevaba mucho tiempo sin escribir nada. Tiempo, tiempo, tiempo…. como siempre peleándome con él. Será porque me gusta vivir todo tan intensamente, o porque siempre encuentro tantas cosas interesantes a mi alrededor en las que invertirlo que casi nunca tomo consciencia de que transcurre, y así sin pensarlo, los días, las semanas y los meses vuelan.
Un amigo reciente me recordó que tenía abandonado este blog, es cierto, y es que…  dos meses han transcurrido desde la última entrada y ahora que caigo en la cuenta… cuántas cosas vividas!!!!  Me enamoré y desenamoré unas cuantas veces, me deprimí otras cuantas (nada que no solucionara unos zapatos nuevos y un chupito con amigas), y emprendí  algún que otro proyecto de esos que no desaparecen en la cabeza…. Y es que no entiendo cómo hay personas en esta vida que se aburren. Afortunadamente nunca experimenté esa sensación aunque confieso que en ocasiones me gustaría poder saborear algunas cosas sin prisas… Al hilo de esta reflexión me gustaría compartir una anécdota que leí en el Facebook de un amigo y que me impactó:

 " Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Tocó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora punta, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellas camino al trabajo.
    Tres minutos transcurrieron y un hombre de mediana edad se dió cuenta de que había un músico que tocaba. Aminoró el paso y se detuvo por unos segundos y luego se apresuró continuando para cumplir su horario.
  
   Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar siguió caminando.
Poco después alguien se apoyó contra la pared para escucharle, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Era evidente que se le hizo tarde para el trabajo.
     El que prestó la mayor atención fue un niño de tres años, el chico se detuvo a mirar al violinista pero su madre le tiró del brazo y e niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.
En los 45 minutos que el músico tocó, sólo seis personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. El músico recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo largo, nadie se dió cuenta, nadie aplaudió ni hubo ningún tipo de reconociemiento.
 Todo el mundo ignoraba que el violinista era Joshua Bell uno de los músicos más talentosos del mundo. Había interpretado una de las piezas más complejas jamás escritas en un violín valorado en 3,5 millones de dólares.
Dos días antes de tocar en el metro, Joshua Bell agotó las entradas en un teatro de Boston dende los asientos costaban un promedio de 100 dólares. Esta es una historia real. Joshua Bell tocando de incógnito en la estación de metro fue una actividad organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente".
 Si no tenemos un momento para detenernos y escuchar de uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor pieza jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?...