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jueves, 21 de junio de 2012

MAXIMAS VIBRACIONES.... UNA EXPERIENCIA DIFERENTE


 De nuevo escribo unas líneas en este blog que es un poco mi desahogo diario. Esta semana he vivido una experiencia diferente. Si, es completamente cierto que desde que comencé en esta profesión  la vida transcurre rápida en todos los aspectos y la madurez no se alcanza sólo con la edad sino con la experiencia.

Pues bien, como es sabida la amistad que me une a mi compañera Martina Valentino en Córdoba, esta semana le propuse trabajar en su reconocido Centro de Masajes. Como siempre nada más descolgar el teléfono el trato cordial y humano que esta chica ofrece te deja con el corazón al aire. Sin pensarlo ni un segundo me dijo que me esperaba con los brazos abiertos.

El lunes muy temprano me levanto, todo preparado. Aunque mis inicios fueron también en Centro de Masajes no de forma independiente, el nerviosismo se apoderó de mí. No es que diste demasiado la forma de trabajar de una manera u otra pero creo que el condicionante de no defraudar a la que considero la persona más profesional en este sector pesaba como losa sobre mi espalda.

Cuando subo al AVE un pellizco en el estómago me oprime durante todo el trayecto. Al bajar en la estación decido tomar un refresco porque los nervios recorren mi piel.

Escribo estas líneas a punto de concluir mi estancia en el Centro Máximas Vibraciones y…. Que Experiencia!!!!! Nunca hubiese imaginado aprender tanto. Me llevo mucho. El recordar la sensación del trabajo compartido, la convivencia y coordinación en grupo.

 La perfección y el cuidado de todos los detalles, el ambiente fenomenal de un elenco de chicas estupendas, la profesionalidad y el saber hacer….. Si bien es cierto que valoraba a Martina como amiga y la imagen que su inteligente y cuidada publicidad proyecta, he tenido el privilegio de comprobar que el reconocimiento que alguien alcanza en un trabajo no es más que el fruto del esfuerzo diario. Como siempre el elegante Logo de Martina queda eclipsado por su sello personal que mucho más allá de esas impactantes iniciales que cuida con tanto esmero es la ternura y el cariño, la humanidad y el calor que ofrece a todo el que se acerca a su entorno. Gracias por supuesto a Martina, a Ana, a Claudia (con su aire a Cindy Crawford y su buen humor... me he reido mucho) y a todas las compañeras que me han hecho disfrutar de una estancia en Córdoba que jamás olvidaré.

miércoles, 13 de junio de 2012

A VUELTAS DE TANTA CRISIS


            Me resulta últimamente muy agotador y desmoralizante escuchar las conversaciones en la calle. Tiempos difíciles... caos económico... no se habla de otra cosa. Para colmo nos tocó vivir en la era de internet... las noticias no corren, vuelan. La información al alcance de cualquiera. Sin pensarlo todos nos convertimos en economistas improvisados que analizamos, valoramos y juzgamos la situación actual.

            Es, cuanto menos, curioso escuchar los argumentos esgrimidos por cada cual: masajistas, fontaneros, abogados, taxistas, profesoras.... opiniones diversas más o menos fundadas que comparten un sentimiento común: El desánimo.

   La desilusión se apodera de todos. Reflexiono a menudo sobre la relación que existe entre el dinero y la felicidad. Acostumbrados a vivir en una sociedad consumista parece que es directamente proporcional el vínculo...  si es boyante la economía tenemos más cosas.

            Es evidente que el poder adquisitivo nos proporciona bienestar, y que la carencia de medios incertidumbre... No hay visión romántica en la economía que pague la factura de la luz ni la cuenta del súper. Soy de las que olvida dificultades con tardes en zapaterías... pero por mucho que cure mi ansiedad el tener dos armarios repletos de tacones de aguja... ¿Me hizo eso más feliz?  También he vivido sin absolutamente nada.

            Dándole vueltas a este tema he estado pidiendo a mis amigos y conocidos que cerraran los ojos y me contaran un momento puntual de sus vidas  en el que se sintieran tremendamente felices. Muchas han sido las respuestas: una amiga dijo que pasear con su padre cuando era niña, mi ex marido confesó que el día que nacieron sus hijos (¡menos mal!), otra amiga el día que consiguió graduarse después de varios años de sacrificio estudiando...
             Personalmente me ocurre igual, si busco entre los recuerdos, las imágenes se suceden como flashes en el tráiler de una peli: El "te quiero" inesperado de mi hijo cuando se cruza conmigo por el pasillo, los razonamientos ilógicos de mi hija que me dejan a cuadros y me hacen reír tanto, el beso apasionado de la persona que amo, sus manos recorriendo mi cuerpo...

            Será que cuando estamos inmersos, protagonizando esos momentos no somos conscientes del alcance que realmente tienen, aprendemos a valorarlos cuando ya sucedieron...  Y me parece muy triste que consumamos el tiempo solo en lamentarnos de lo que perdimos y no disfrutando de lo que conservamos.

            Soy una persona muy realista y la vida  está claro que no es un spot de televisión pero me niego a hablar exclusivamente de problemas porque si obviándolos no se arreglan, recreándonos en ellos tampoco y me quedo con todo lo que siempre me hace muy muy feliz...

lunes, 11 de junio de 2012

A MI AMIGA LAURA


Por primera vez dedico una entrada en este blog a una amiga. Y es que a mí no se me da demasiado bien eso de halagar ni regalarle el oído a nadie. Pienso que la verdadera  amistad no necesita ser alimentada con palmaditas en el hombro y buenas palabras.

Aun así, me gustaría recordarle a mi amiga Laura que son ya varios años los que transcurrieron desde que un día el destino nos hizo coincidir.

 Nuestra amistad no ha sido la típica entre mujeres que comparten tardes de compras o confidencias personales, que también las ha habido. A pesar de la diferencia de edad que nos separa y el mundo en el que nos conocimos tuvimos casi desde el principio ese feeling y complicidad para hacernos fuertes.

De Laura admiro profundamente que a pesar de su juventud haya sabido hacerse a sí misma salvando obstáculos increíbles, y aunque a mí me llame Xena porque me ve mujer luchadora, creo que ella es el ejemplo de cómo subsistir peleándose con la vida. Sus nuevos proyectos (si estudias ya sabes que te preguntaré la lección, aunque sea a saltos y por Whatsapps…) y sus ganas de seguir creciendo en todos los sentidos seguro que le traerán muchas alegrías.

Nos hemos enfadado en numerosas ocasiones, peleas monumentales… hemos reído y llorado juntas, y hemos compartido tanto (a veces demasiado..jajaja)..  Pero lo que más valoro  es que al final nos hemos sincerado la una con la otra. En definitiva eso es lo que hizo fuerte nuestra relación y solo quiero agradecerle el estar ahí, el preocuparse por mi, y el ser una buena amiga. GRACIAS Laurita.