Una vez llegada la fecha señalada, el estrés va aumentando. La consabida tristeza del hueco que dejaron los que no están, la melancolía de los que están solos, el enorme sacrificio de los que la afrontan "demasiado acompañados" (en estas situaciones hay que respirar hondo)...
Es también de carácter obligado sentirnos muy sensibilizados con todas las situaciones ajenas desfavorables, la pobreza, los sintecho... Problemas sociales que existen los 365 días del año, pero que en esta época nos permiten, al recordarlos, aliviar nuestra conciencia consumista que se dispara y se traducirá en copiosas comidas, adquisición de las mejores galas y obesequiar con excelentes regalos.
Lejos del significado que pueda tener esta celebración, una Conmemoriación Religiosa carente de rigor histórico, o un momento para ensalzar los mejores valores éticos que, como acabo de repasar, se pierden en la mayor de las contradicciones, nos enfrentamos una vez más a esta farsa social llamada Navidad.
Como siempre volando alto, muy alto para ver la realidad con perspectiva.
ResponderEliminarUtilizando esas hermosas alas de avefenix.
La realidad es diferente según el momento en el que la captemos, es como una hermosa fotografía.
Hay veces que esta hermosa foto está captada por la retina de un soñador y la realidad será hermosa, mirando al futuro y llena de ilusión.
Otras veces la retina pertenecerá a una persona degraciada, sin ambición y sin futuro, entonces la realidad será dura y desesperante.
En ambos casos pienso que son realidades distorsionadas, como una foto mal enfocada, con exceso de luz o exceso de sombras.
La virtud sería captar la foto de la realidad con tus propios ojos, pero teniendo en cuenta la visión de todo lo que nos rodea y nos pueda influenciar.
Para eso hay que volar alto con esas alas que tienes para ver todo con mayor objetividad, como siempre has hecho y no quedarte en la superficie.
Gracias por todo.
Besos
CMR