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lunes, 3 de diciembre de 2012

...Y APARECIÓ MAR SERINE


“Soy Mar, masajista erótica. Te invito a disfrutar del mejor masaje Thai. Deja que mis manos y mi cuerpo al desnudo se deslicen sobre tu piel hasta conseguir que alcances la máxima excitación. Sexo & Placer con elegancia y estilo.”

 

                Este anuncio, uno de tantos de los que se pueden leer en las diversas páginas de relax existentes, fue el inicio de una nueva etapa para mí. El momento determinado en el que decido  poner mi mundo boca abajo, cambiar mis esquemas y estereotipos de vida convencional. Sí, es increíble pensar que detrás de cada inserción de este tipo, detrás de cada oferta de sexo de pago, existen historias increíbles sobre vidas reales de mujeres valientes que un día decidieron ponerse el mundo por montera y tirar para adelante.

                Quiero narrar mi experiencia, un cambio brutal que me hizo aprender de la vida mucho más que en el resto de mi existencia anterior. Y como siempre he sostenido que ocurre en todas las situaciones imaginables, con sus pros y sus contras, con sus luces y sus sombras.

                La historia de Mar, mi historia comienza un día cualquiera de un octubre cualquiera.

                Amanece de nuevo, atrapada en el seno de un matrimonio agonizante. La apatía y el desánimo de una mujer treinteañera que a golpes de rutina diaria, de sin sabores cotidianos perdió la ilusión por vivir. Me siento frente a una taza de leche caliente y recuerdo tiempo atrás, cuando fui líder en la Universidad, cuando mi máxima preocupación era que atuendo lucir el viernes por la noche, cuando la magia de la adolescencia provocaba chispas en el alma…. Y me pregunto ¿Cómo he podido llegar hasta aquí? ¿En qué momento desaparecen las aspiraciones? Analizo mi día a día. Entrega absoluta a mis hijos preescolares. Madre, cocinera, enfermera, limpiadora, maestra y organizadora de dos vidas que absorbieron la mía en el mismo instante en el que supe de su existencia.

Y es ahora, en ese preciso momento cuando me planteo si esta abnegación y entrega total ha merecido la pena. Sin vida sentimental ni sexual, construyendo para ellos un ficticio entorno social aparentemente perfecto.

Desayunos con madres del colegio, que salvo en excepciones muy muy contadas, confirman que no es sentimiento único. Y es entonces cuando tengo la sensación de ser despojada de forma milagrosa de una venda que cubría mis ojos y me impedía ver la cantidad de mujeres de mi generación viven lo que yo…

                De repente,  varias dudas me asaltan y me provocan una enorme inquietud…  ¿Soy mejor madre por olvidar mi vida? Sintiendo lo que siento ¿Qué será de mi dentro de 10 ó 15 años? Pienso y no me gusta lo que veo.

                Este preciso momento es el origen de Mar, sin saberlo… ni siquiera imaginar que podría convertirme en una de las masajistas más populares del momento, es el instante en el que el destino ya tenía todo dispuesto y solo hacía falta que las circunstancias se alinearan para que todo comenzara.

                A partir de ese instante en el que tomo conciencia de que mi vida, como si hubiese estado sumida en el más profundo de los sueños, debía despertar, necesitaba cobrar aliento.

                Gracias a esas reflexiones, movida por apagar una angustia y desánimo general que invadía mi alma. Me levanto decidida a cambiar todo. Mi punto de partida fue tomar conciencia que tenía un yo. Esto puedo resultar extraño entender pero era la realidad más absoluta. En todo este tiempo de entrega había olvidado que era una mujer… no una madre, ni una esposa sino una mujer atractiva que podía parecer bella ante los ojos de los demás.

                Necesitaba ese cambio para seguir, impulsada por la imperiosa necesidad de romper con todo. No sé muy bien cómo ni porqué pero de repente como si me inyectaran la motivación y la autoestima en la sangre, decido ser valiente, sincera. Sabía que debía poner fin a un matrimonio que ya duraba veinte años y que diez años antes estaba totalmente acabado.

                Supe de pronto que mi vida era una auténtica mentira, compartiendo una convivencia con un hombre al que muchísimo tiempo atrás había dejado de querer. Sin sospechar en absoluto que las circunstancias siguientes me obligarían a aterrizar en este mundo del sexo de pago.

En aquel entonces pensé que me estaba prostituyendo en el absoluto sentido de la palabra. El permitir que un hombre al que no amaba me pusiera una mano encima sólo por no querer cambiar las cosas. El hecho de que él proporcionara los ingresos económicos no era el asunto, porque aunque este aspecto me fuera reprochado más de un millón de veces posteriormente, yo sentía que esta situación era fruto de un pacto acordado. No proporcionaba ingresos en mi casa pero me ocupaba de forma eficaz de todo incluyendo siempre a la sombra  la administración  de su negocio. Si tuviera que cuantificar en una cifra mis honorarios a jornada completa para comparar esfuerzos con él, creo no saldría desfavorecida, aunque esto es algo que a una ama de casa no se le permite ni siquiera pensar, se presuponen son obligaciones adquiridas que no están sujetas a remuneración alguna. Pero no era esto lo que me hacía sentir  tan mal, yo sentía que me vendía por aceptar vivir con una pareja fingiendo un sentimiento, una unión, cuando todos los días respiraba muy hondo al oír el sonido de sus llaves abriendo la puerta de casa y cuando asistíamos a cualquier evento social  sentía  que su mano en mi hombro casi me quemaba la piel, quería estar en otro lugar.

¿Qué deferencia existe entre trabajar vendiendo mi cuerpo con el hombre  con el que estaba casada a hacerlo en la actualidad con clientes? Esta pregunta me la formularon amigas, compañeras y clientes en numerosas ocasiones. Para mí la respuesta es sencilla. Trabajando vendo mi cuerpo, mi masaje, sexo, comienzo a una hora determinada y finalizo a otra. En esa situación vendía mi vida privada, no había un principio y un fin lo que resultaba totalmente agotador  en todos los aspectos.

Este fue el inicio, y el cúmulo de consecuencias que puede tener para una mujer intentar emprender una vida independiente. En pleno siglo XXI, en el seno de una sociedad aparentemente evolucionada, es totalmente sorprendente comprobar que una mujer apartada del entorno laboral durante años y dependiente de una estructura familiar patriarcal, tiene que enfrentarse a la falta de apoyo familiar pues resulta para la mayoría incomprensible que sin recursos económicos y por voluntad propia se renuncie a una vida estable y acomodada. La honestidad personal y el deseo de vivir lo que se siente son valores poco preciados para personas que socialmente rechazan todo lo que implica una ruptura con las normas establecidas.

5 comentarios:

  1. Eres sencillamente maravillosa, padeces la clase presión social que sólo puede tener una niña de 12 años, a la que sus padres se resisten a decirle que los reyes magos no existen...

    Las niñas aburridas, haría tiempo que habrían corrido a reclamar una confesión a sus progenitores, pero las que son como tu, son mucho más complejas, viven una ficción que satisface a todos pero que resulta cada año más y más bochornosa e insufrible y sin embargo tremendamente conveniente para todos...

    Preguntas como "¿Qué deferencia existe entre trabajar vendiendo mi cuerpo con el hombre con el que estaba casada a hacerlo en la actualidad con clientes?", puedo decirte que me han hecho golpear la mesa de excitación...

    Encima eres alegre y llenas de vida cada momento, a veces tengo ganas de volverme loco y ofrecerte algo que nos una para siempre, algo que me permita verte cada día, disfrutar mucho más de tu compañía, cruzar de forma irremisible nuestros caminos...

    Querida, borra esa cara de susto de tu cara, estaba pensando en algo mucho más profundo e intenso que el matrimonio, hablo de una sociedad de responsabilidad limitada...

    Un beso guapa estoy desando volver a verte...

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    1. Gracias por tu comentario, no tiene despercicio!!! Me has hecho pasar un buen rato.... Y esa Sociedad... cuando quieras.

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  2. Y por primera ves desde que te conozco hace tres años has sido capaz de dejarme sin palabras........

    Este como sabes es unos de los mejores halagos que yo te pueda decir.

    PD.- Dale mas vida a este blog, y como ya sabes lleva a las personas por tu senda, que no te lleve nadie por la suya.....

    Besos.

    CMR

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  3. Y me volvieron las palabras. Y solo puedo decirte que nos dejes. Que te despidas de nosotros. Que no vuelvas......
    Y todo esto te lo digo porque te aprecio. Porque eres demasiado mujer para cualquiera de nosotros y porque pienso que te mereces otro presente, otro futuro, alejada de todo esto.
    No voy a adularte como masajista, tienes una cohorte de personas que lo hagan.
    Solo decirte que admiro y respeto profundamente a esa persona que se esconde detrás de Mar y que es capaz de arrollarte con su inteligencia y personalidad......admiro a tu verdadero yo, la que verdaderamente lleva las alas de fenix a sus espaldas.

    Por cierto no necesitas a nadie que te monte en su grupa de un caballo verde.

    Tu eres dueña de tu propio caballo y muchos nos montariamos en el con los ojos cerrados.....

    CMR

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  4. Querida Mar
    No estarás sola.
    Te saludaran a tu paso en mil idiomas,
    con mil lenguajes,
    la gente a la que despertastes en cada viaje,
    los que dormían en las calles,
    a los que preguntastes por su esperanza por su desastre.
    No habrá distancias
    que no cubra cualquier hombre que te busque.
    No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie.
    No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca.
    No, no estarás sola.
    Besos guapa guapisima

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