Este
anuncio, uno de tantos de los que se pueden leer en las diversas páginas de
relax existentes, fue el inicio de una nueva etapa para mí. El momento
determinado en el que decido poner mi
mundo boca abajo, cambiar mis esquemas y estereotipos de vida convencional. Sí,
es increíble pensar que detrás de cada inserción de este tipo, detrás de cada
oferta de sexo de pago, existen historias increíbles sobre vidas reales de
mujeres valientes que un día decidieron ponerse el mundo por montera y tirar
para adelante.
Quiero
narrar mi experiencia, un cambio brutal que me hizo aprender de la vida mucho
más que en el resto de mi existencia anterior. Y como siempre he sostenido que
ocurre en todas las situaciones imaginables, con sus pros y sus contras, con
sus luces y sus sombras.
La
historia de Mar, mi historia comienza un día cualquiera de un octubre
cualquiera.
Amanece
de nuevo, atrapada en el seno de un matrimonio agonizante. La apatía y el
desánimo de una mujer treinteañera que a golpes de rutina diaria, de sin sabores
cotidianos perdió la ilusión por vivir. Me siento frente a una taza de leche
caliente y recuerdo tiempo atrás, cuando fui líder en la Universidad, cuando mi
máxima preocupación era que atuendo lucir el viernes por la noche, cuando la
magia de la adolescencia provocaba chispas en el alma…. Y me pregunto ¿Cómo he
podido llegar hasta aquí? ¿En qué momento desaparecen las aspiraciones? Analizo
mi día a día. Entrega absoluta a mis hijos preescolares. Madre, cocinera,
enfermera, limpiadora, maestra y organizadora de dos vidas que absorbieron la
mía en el mismo instante en el que supe de su existencia.
Y es ahora, en
ese preciso momento cuando me planteo si esta abnegación y entrega total ha
merecido la pena. Sin vida sentimental ni sexual, construyendo para ellos un
ficticio entorno social aparentemente perfecto.
Desayunos con
madres del colegio, que salvo en excepciones muy muy contadas, confirman que no
es sentimiento único. Y es entonces cuando tengo la sensación de ser despojada
de forma milagrosa de una venda que cubría mis ojos y me impedía ver la
cantidad de mujeres de mi generación viven lo que yo…
De
repente, varias dudas me asaltan y me
provocan una enorme inquietud… ¿Soy mejor
madre por olvidar mi vida? Sintiendo lo que siento ¿Qué será de mi dentro de 10
ó 15 años? Pienso y no me gusta lo que veo.
Este
preciso momento es el origen de Mar, sin saberlo… ni siquiera imaginar que
podría convertirme en una de las masajistas más populares del momento, es el
instante en el que el destino ya tenía todo dispuesto y solo hacía falta que las
circunstancias se alinearan para que todo comenzara.
A
partir de ese instante en el que tomo conciencia de que mi vida, como si
hubiese estado sumida en el más profundo de los sueños, debía despertar,
necesitaba cobrar aliento.
Gracias
a esas reflexiones, movida por apagar una angustia y desánimo general que invadía mi
alma. Me levanto decidida a cambiar todo. Mi punto de partida fue tomar
conciencia que tenía un yo. Esto puedo resultar extraño entender pero era la
realidad más absoluta. En todo este tiempo de entrega había olvidado que era
una mujer… no una madre, ni una esposa sino una mujer atractiva que podía
parecer bella ante los ojos de los demás.
Necesitaba
ese cambio para seguir, impulsada por la imperiosa necesidad de romper con
todo. No sé muy bien cómo ni porqué pero de repente como si me inyectaran la
motivación y la autoestima en la sangre, decido ser valiente, sincera. Sabía
que debía poner fin a un matrimonio que ya duraba veinte años y que diez años
antes estaba totalmente acabado.
Supe
de pronto que mi vida era una auténtica mentira, compartiendo una convivencia
con un hombre al que muchísimo tiempo atrás había dejado de querer. Sin
sospechar en absoluto que las circunstancias siguientes me obligarían a
aterrizar en este mundo del sexo de pago.
En aquel
entonces pensé que me estaba prostituyendo en el absoluto sentido de la
palabra. El permitir que un hombre al que no amaba me pusiera una mano encima
sólo por no querer cambiar las cosas. El hecho de que él proporcionara los
ingresos económicos no era el asunto, porque aunque este aspecto me fuera
reprochado más de un millón de veces posteriormente, yo sentía que esta
situación era fruto de un pacto acordado. No proporcionaba ingresos en mi casa
pero me ocupaba de forma eficaz de todo incluyendo siempre a la sombra la administración de su negocio. Si tuviera que cuantificar en una
cifra mis honorarios a jornada completa para comparar esfuerzos con él, creo no
saldría desfavorecida, aunque esto es algo que a una ama de casa no se le
permite ni siquiera pensar, se presuponen son obligaciones adquiridas que no
están sujetas a remuneración alguna. Pero no era esto lo que me hacía sentir tan mal, yo sentía que me vendía por aceptar vivir con
una pareja fingiendo un sentimiento, una unión, cuando todos los días respiraba
muy hondo al oír el sonido de sus llaves abriendo la puerta de casa y cuando
asistíamos a cualquier evento social
sentía que su mano en mi hombro
casi me quemaba la piel, quería estar en otro lugar.
¿Qué
deferencia existe entre trabajar vendiendo mi cuerpo con el hombre con el que estaba casada a hacerlo en la
actualidad con clientes? Esta pregunta me la formularon amigas, compañeras y
clientes en numerosas ocasiones. Para mí la respuesta es sencilla. Trabajando
vendo mi cuerpo, mi masaje, sexo, comienzo a una hora determinada y finalizo a
otra. En esa situación vendía mi vida privada, no había un principio y un fin
lo que resultaba totalmente agotador en
todos los aspectos.
Este fue el
inicio, y el cúmulo de consecuencias que puede tener para una mujer intentar
emprender una vida independiente. En pleno siglo XXI, en el seno de una
sociedad aparentemente evolucionada, es totalmente sorprendente comprobar que
una mujer apartada del entorno laboral durante años y dependiente de una
estructura familiar patriarcal, tiene que enfrentarse a la falta de apoyo
familiar pues resulta para la mayoría incomprensible que sin recursos
económicos y por voluntad propia se renuncie a una vida estable y acomodada. La
honestidad personal y el deseo de vivir lo que se siente son valores poco
preciados para personas que socialmente rechazan todo lo que implica una
ruptura con las normas establecidas.
Eres sencillamente maravillosa, padeces la clase presión social que sólo puede tener una niña de 12 años, a la que sus padres se resisten a decirle que los reyes magos no existen...
ResponderEliminarLas niñas aburridas, haría tiempo que habrían corrido a reclamar una confesión a sus progenitores, pero las que son como tu, son mucho más complejas, viven una ficción que satisface a todos pero que resulta cada año más y más bochornosa e insufrible y sin embargo tremendamente conveniente para todos...
Preguntas como "¿Qué deferencia existe entre trabajar vendiendo mi cuerpo con el hombre con el que estaba casada a hacerlo en la actualidad con clientes?", puedo decirte que me han hecho golpear la mesa de excitación...
Encima eres alegre y llenas de vida cada momento, a veces tengo ganas de volverme loco y ofrecerte algo que nos una para siempre, algo que me permita verte cada día, disfrutar mucho más de tu compañía, cruzar de forma irremisible nuestros caminos...
Querida, borra esa cara de susto de tu cara, estaba pensando en algo mucho más profundo e intenso que el matrimonio, hablo de una sociedad de responsabilidad limitada...
Un beso guapa estoy desando volver a verte...
Gracias por tu comentario, no tiene despercicio!!! Me has hecho pasar un buen rato.... Y esa Sociedad... cuando quieras.
EliminarY por primera ves desde que te conozco hace tres años has sido capaz de dejarme sin palabras........
ResponderEliminarEste como sabes es unos de los mejores halagos que yo te pueda decir.
PD.- Dale mas vida a este blog, y como ya sabes lleva a las personas por tu senda, que no te lleve nadie por la suya.....
Besos.
CMR
Y me volvieron las palabras. Y solo puedo decirte que nos dejes. Que te despidas de nosotros. Que no vuelvas......
ResponderEliminarY todo esto te lo digo porque te aprecio. Porque eres demasiado mujer para cualquiera de nosotros y porque pienso que te mereces otro presente, otro futuro, alejada de todo esto.
No voy a adularte como masajista, tienes una cohorte de personas que lo hagan.
Solo decirte que admiro y respeto profundamente a esa persona que se esconde detrás de Mar y que es capaz de arrollarte con su inteligencia y personalidad......admiro a tu verdadero yo, la que verdaderamente lleva las alas de fenix a sus espaldas.
Por cierto no necesitas a nadie que te monte en su grupa de un caballo verde.
Tu eres dueña de tu propio caballo y muchos nos montariamos en el con los ojos cerrados.....
CMR
Querida Mar
ResponderEliminarNo estarás sola.
Te saludaran a tu paso en mil idiomas,
con mil lenguajes,
la gente a la que despertastes en cada viaje,
los que dormían en las calles,
a los que preguntastes por su esperanza por su desastre.
No habrá distancias
que no cubra cualquier hombre que te busque.
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie.
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca.
No, no estarás sola.
Besos guapa guapisima