Desde que Mar comenzó su andadura
profesional se vio envuelta en un entorno masculino. Las relaciones sociales
cambiaron. Tiempo atrás la valoración que podía hacer sobre los hombres era
exclusivamente desde el ángulo femenino.
El estereotipo de hombre cuyos principales intereses son la cerveza, el
futbol, los coches y las mujeres, cambió. No porque descubriera que no son esos
sus principales intereses, que en un porcentaje muy amplio se cumple esa
previsión, sino porque supe que además algunos, tienen otros.
No pretendo insultar la
inteligencia masculina ni mucho menos, y me gusta analizar e investigar un poco
sobre conductas que se repiten porque no creo que sean casuales. Pero
sinceramente fue sorprendente comprobar que podía entablar una conversación interesante
con un hombre. Aunque siempre me consideré una mujer liberal y este hecho es
bastante absurdo y retrógrado pero reconozco que probablemente esta circunstancia no
la percibí antes porque mi rol anterior de esposa y madre era una barrera
autoimpuesta que de forma inconsciente frenaba cualquier grado de amistad con
el sexo contrario que fuera más allá de un formalismo social.
He analizado un hecho concreto. Cuando un hombre asiste a
la consulta de un psicólogo, al finalizar la primera consulta, una vez que el
individuo sale por la puerta, el profesional sabe el problema que tiene, la
terapia que va a seguir, el dinero que se va a gastar…. En cambio, cuando es
una mujer la que se sienta en la consulta y llega ese momento creo que solo
queda claro que esa mujer tiene un novio o un marido, hijos, jefe… y un sinfín
de obligaciones y que todo ese conjunto la han llevado hasta allí…. Porque la
mujer rara vez habla de ella, culpa a los demás.
Con todo esto quiero decir que al
margen de los habituales tópicos sobre diferencias entre sexos es evidente que no somos mejor ni peor sino diferentes. Pero del mismo
modo creo que el hombre en sus relaciones habituales con otros hombres se ha
labrado esta percepción que tenemos sobre ellos. En resumen y citando un ejemplo
cotidiano, no me asombra que un hombre al que le interese el
deporte inicie su lectura con la contraportada de este periódico deportivo, lo
que es increíble es que crea que a la fulanita de turno le interesa el
deporte!!! Eso para mi es lo que realmente degrada la inteligencia masculina.
Eres una caja de sorpresas y reflexion.
ResponderEliminarQuerida Mar.
ResponderEliminarLa verdad es que creo que todo se puede ver, como los vasos, medio llenos o medio vacios. Partimos de un hecho diferencial marcado por nuestro sexo. Hombres y mujeres somos diferentes. Biologicamente, quimicamente. Nuestros cerebros, y tu lo sabes bien, utilizan areas de tamaño distinto, para las mismas acciones. Culturalmente, ni hablemos. Miles de años transmitidos de generacion en generacion hacen que ante determinados estimulos reaccionemos de forma diferente. Esta claro que partiendo de ahi. No solo me parece normal empezar viendo la contraportada, vamos, sino que si tuvieramos el numero de telefono de la sra, pues la llamariamos. Bromas a parte, generalizar no es justo. Debido a mis circunstancias personales me he dedicado a realizar actividades que antes por mi trabajo no podia hacer. Con esa experiencia puedo decir que ni todos los hombres empezamos el periodico por la ultima pagina del diario, y que por supuesto, no nos importa si a la sra de turno le gusta el deporte. Ni a todas las mujeres, como pasa en los cumpleaños de los niños o en las puertas de los colegios, hablan de dietas, ropas, maridos, concurso de enfermedades y demas cosas varias. La verdad que en el equilibrio esta la medida. Creo que poder tener la oportunidad de ponernos en la piel del otro sexo durante un tiempo. Compartiendo su vida y sus herencias culturales. Comprendiendo su biologia, su cultura, su herencia nos permitiria entender, por un lado, entender mejor al otro y por otro ser capaces de transmitir que hay algo mas que una contraportada de un diario con una "tia explendida" o un mundo infinito de dietas por probar. Sinceramente y a titulo personal, la sra no me gusta. A mi por supuesto me gustas tu. Claro faltaria mas. Y no hablo de tu magnifico aspecto fisico o tu labor en esta tu profesion actual. Estas genial en lo alto de un piano, haciendo autostop en la carretera, dentro de una fuente de no importa que ciudad. Hablo de lo que versa este tu pensamiento. De tu inteligencia, de tu capacidad de exposicion y de lo magnifica que tiene que ser una conversacion contigo. Sueño desde que te leo con un momento asi. Tomando un "rioja" en una taberna del casco historio de tu ciudad, por la noche, mirandote a los ojos. Esos ojos que dios de ha dado e intentar parar el reloj para que el tiempo no avanzase jamas
Un beso guapa-guapisima.
Mi querida Mar...nos tienes abandonados. Todos los días entro para ver si hay alguno de tus buenisimos escritos, pero no tengo suerte (sonrisa)
ResponderEliminar